- Se deben aceptar a estos niños, desde el conocimiento y reconocimiento de sus singularidades.
- Se debe actuar con conocimiento y responsabilidad, comprendiendo en rigor qué es y qué significa la alta capacidad. Se deben conocer las consecuencias que suelen darse si no se actúa bien y a tiempo en este tema, sabiendo que pueden dañarse la autoestima, la felicidad y el desarrollo escolar y vital del niño, y sabiendo que muchos de estos problemas pueden manifestarse incluso años después en etapas educativas posteriores.
- En la relación con estos niños, hay que estimularles sin forzarles.
- Deben dedicar tiempo a investigar con ellos.
- Se tiene que fomentar el pensamiento individual del niño.
- Hay que animar a resolver sus problemas sin temor a fracasar. Estos niños deben aceptar que no pasa nada si una solución no es la correcta y hay que buscar nuevas salidas.
- Hay que ayudarlos en la planificación de sus proyectos y áreas, y más tarde, asegurarse de que las han terminado.
- No se debe interrumpir su concentración.
- El respeto y la flexibilidad con sus trabajos son muy importantes.
- Cuidado con las propias expectativas de brillo continuo: no hay que esperar que destaquen en todo.
- Los elogios son importantes para todos y ellos no son una excepción.
- Los padres de un niño con talento y alta capacidad han de tener presente que su hijo, ante todo, es un niño.